Como una de las partes de mi TRANSIBERICA, estuvimos recorriendo algunos rincones Navarros, y en particular esta zona pirináica, donde en tiempos no muy lejanos, la «caza de brujas», se convirtió en una pesadilla cotidiana, sobre todo para aquellos y aquellas que eran tachados de colaboracionistas con las fuerzas del mal.
Nuestra ruta nos llevó desde nuestro punto de partida hasta el Pueblo de Zugarramurdi, en pleno Pirineo Navarro.
Como he dicho más arriba, esta ruta es parte de una general a la que llamo TRANSIBERICA, y de la que poco a poco iré contando, desde de una visión general, hasta las rutas detalladas.
Las condiciones climatológicas que nos acompañaban en esta ruta embrujada, teñian de un profundo misterio los bosques que atravesábamos para llegar a Zugarramurdi.
La magia del entrever en la niebla, configuran la hoja de ruta en la búsqueda de lugares encantados. Bajo estas condiciones, la visión de los elementos más simples, hace comprensible la justificación de los hechos acaecidos durante los siglos XVI y XVII y que llevaron a la hoguera a tantos navarros y navarras acusados de brujería.
La belleza de estos bosques, es indiscutible, sean cual sean las condiciones climáticas que los envuelvan..
Zugarramurdi, una de las localidades Navarras, tal vez la más importante, que dan forma a esa Navarra Embrujada, que bien merece una pausada visita en la que profundizar en su entorno e historia para hacernos una idea más concreta de lo que allí paso.
Brujeria, akelarres, hogueras, inquisición, cuevas, denuncias, persecuciones, demonios, miedos… Todos y otros muchos conforman la historia de estos lugares.
Las cuevas de los alrededores de Zugarramurdi, forman el centro neurálgico de estas historias. Lugar de celebración de los aquelarres y otros encuentros con fuerzas demoniacas. Estos impresionantes túneles kársticos impresionan al visitante, que aguzando un poco el oído, y con otro tanto de imaginación, llegará a oir aquellas frenéticas melodías satánicas.
Y así asistir a alguna de aquellas manifestaciones festivas que acabaron en la hoguera según veredicto de los juicios promovidos por la Inquisición-
Aún en la actualidad, en algunas puertas de entrada de viejas casonas en estos valles, cuelgan sus moradores una flor de cardo, porque todavía perdura la creencia , como hace siglos, de que esta flor actua de amuleto para espantar a los malos espíritus e impedir la entrada de los mismos en la vivienda, quedando de esta forma sus moradores protegidos de ellos
Visitando el Museo de las Brujas, de Zugarramurdi, emplazado en un antiguo Hospital, podremos percibir el halo y ambiente misterioso derivado de la conjunción de la utilización que ha tenido la vieja casona. Sus poderosos muros, nos hablarán de las penurias de sus antiguos moradores, de sus enfermedades y sufrimientos, mezclándolos en la actualidad con datos, historias y enseres de las no muy lejanas practicas satánicas que se realizaban en los alrededores. Sensaciones que el viajero observador percibirá con claridad. Experiencia recomendable.
Los cuernos de carnero, representación física de Lucifer y otras fuerzas del mal, nos recuerdan constantemente el contenido ritual satánico de las fiestas orgiásticas entre brujas y demonios.
Los expedientes por brujería de cientos de hombres, mujeres y niños navarros, acusados de poseer poderes sobrenaturales y de adorar y colaborar con el Diablo, pasaron por las mesas de los inquisidores, como paso previo de estas gentes hasta su destino final: Las llamas de la hoguera .
Se dice que, todavía algunas noches, con luna o sin ella, por estos pueblos, valles y bosques embrujados, se oyen las voces del Diablo, y que entonces, en estos lugares húmedos y escurridizos, aquellas brujas de antaño, vuelven a materializarse en forma de árbol, para así continuar con las fiestas demoníacas interrumpidas por el fuego inquisidor. Las tormentosas, retorcidas y tortuosas formas de los árboles que hemos podido observar lo corroboran. También en la lejanía nosotros no hemos oído al Diablo, pero sí el balido del carnero …
Durante los siglosXVI y XVII, Navarra vivió un fenómeno social importantísimo condicionado por el desarrollo de la brujería y sus consecuencias, incluida la fortísima represión del Santo Oficio, que aunque la erradicó físicamente no pudo hacerlo del sentimiento popular.
Vale la pena, como mi TWEETY, asomarse a estas tierras y gozar de todas sus bellezas, tradiciones, historia y sobre todo, el conocimiento de sus gentes. No os lo podeis perder.